Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
NAUFRAGIOS Y COMENTARIOS




Comentario

De cómo el gobernador, hechas las paces con los guaycurúes, les entregó los prisioneros



Y visto por el gobernador lo que los indios guaycurúes dijeron por su mensaje, y que una gente que tan temida era en toda la tierra venían con tanta humildad a ofrecerse y ponerse en su poder (lo cual puso grande espanto y temor en toda la tiera), les mandó decir por las lenguas intérpretes que él era allí venido por mandado de Su Majestad, y para que todos los naturales viniesen en conoscimiento de Dios Nuestro Señor, y fuesen cristianos y vasallos de Su Majestad, y a ponerlos en paz y sosiego, y a favorescerlos y hacerlos buenas tratamientos y que si ellos se apartaban de las guerras y daños que hacían a los indios guaraníes, que él los ampararía y defendería y tendría por amigos, y siempre serían mejor tratados que las otras generaciones, y que les darían y entregarían los prisioneros que en la guerra habían tomado, así los que él tenía como los que tenían los cristianos en su poder, y los otros todos que tenían los guaraníes que en su compañía habían llevado (que tenían muchos de ellos); y poniéndolo en efecto, los prisioneros que en su poder estaban y los que los dichos guaraníes tenían, los trajeron todos ante el gobernador, y se los dio y entregó; y como los hobieron recebido, dijeron y afirmaron otra vez que ellos querían ser vasallos de Su Majestad, y dende entonces daban la obediencia y vasallaje, y se apartaban de la guerra de los guaraníes; y que dende en adelante vernían a traer en la ciudad todo lo que tomasen, para provisión de los españoles; y el gobernador se lo agradesció, y les repartió a los principales muchas joyas y rescates, y quedaron concertadas las paces, y de allí adelante siempre las guardaron, y vinieron todas las veces que el gobernador los envió a llamar, y fueron muy odedientes en sus mandamientos, y su venida era de ocho a ocho días a la ciudad, cargados de carne de venados y puercos monteses, asada en barbacoa. Esta barbacoa es como unas parrillas, y están a dos palmos altas del suelo, y son de palos delgados, y echan la carne escalad encima, y así la asan; y traen mucho pescado y otros muchos mantenimientos, mantecas y otras cosas, y muchas mantas de lino que hacen de unos cardos, las cuales hacen muy pintadas; y asimismo muchos cueros de tigres y de antes y de venados, y de otros animales que matan; y cuando así vienen, dura la contratación de los tales mantenimientos dos días, y contratan los de la otra parte del río que están con sus ranchos; la cual contratación es muy grande, y son muy apacibles para los guaraníes, los cuales les dan, en trueque de lo que traen, mucho maís y mandioca y mandubis, que es una fruta como avellanas o chufas, que se cría debajo de la tierra; también les dan y truecan arcos y flechas; y pasan el río a esta contratación doscientas canoas juntas, cargadas de estas cosas, que es la más hermosa cosa del mundo verlas ir; y como van con tanta priesa, algunas veces se encuentran las unas con las otras, de manera que toda la mercaduría y ellas con al agua; y los indios a quien acontesce lo tal, y los otros que están en tierra esperándolos, toman tan gran risa, que en dos días no se apacigua entre ellos el regocijo; y para ir a contratar van muy pintados y empenachados, y toda la plumería va por río abajo, y mueren por llegar con sus canoas unos primero que otros, y ésta es la causa por donde se encuentran muchas veces; y en la contratación tienen tanta vocería, que no se oyen los unos a los otros, y todos están muy alegres y regocijados.